jueves, 24 de julio de 2008

Condenaron a prisión perpetua y cárcel común a Luciano Benjamín Menéndez y otros siete represores

El Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba condenó al ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y otros siete militares por el secuestro, tortura y muerte en 1977 de cuatro jóvenes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y dispuso que cumplan las penas en una cárcel común.
Menéndez fue condenado a la pena de prisión perpetua por la comisión de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, la que deberá cumplir en una unidad carcelaria de la provincia de Córdoba: “Se ordena su inmediata detención y alojamiento en una unidad carcelaria de la provincia de Córdoba”, anunció el tribunal en la lectura de su veredicto, al revocar la prisión domiciliaria de la que gozaba el represor.
El fallo, histórico para la jurisprudencia argentina, condenó también a prisión perpetua y cárcel común a los ex militares Luis Manzanelli, Oreste Padován y Carlos Díaz, y el ex agente civil de inteligencia Ricardo Lardone. A su vez, el tribunal sentenció con veintidós años de prisión y cárcel común a Hermes Rodríguez y Jorge Exequiel Acosta –nacido en la ciudad de Paraná–, y con dieciocho años a Carlos Vega. Todos deberán pasar sus días en una unidad penal de Bower, ubicada en las afueras de la capital cordobesa.
Un par de horas antes de conocer su sentencia, el ex titular del Tercer Cuerpo del Ejército, había reivindicado nuevamente la represión que comandó desde Córdoba durante la última dictadura, argumentando que se llevó a cabo “para evitar el asalto al poder de la subversión marxista, que buscaba arrancar el alma de nuestro pueblo”.
Como la mayoría de los represores en los juicios, habló de una guerra y se refirió a las Fuerzas Armadas “soldados victoriosos” que actuaron contra la “guerrilla marxista”. Además, hizo un recorrido histórico, donde criticó los “intentos subversivos” sufridos por los ex Presidentes Arturo Illia y Arturo Frondizi, ambos –según sus paradójicas declaraciones– “inobjetablemente democráticos”.
Con algunas interrupciones, y mientras el represor insistía en que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”, fuera del recinto, en la calle, decenas de militantes de derechos humanos repudiaban sus últimas palabras. Adentro de la sala, dos mujeres fueron retiradas por increpar a Menéndez: “¡Asesino!”, se escuchó que le gritaron.
“Ostentamos el dudoso mérito –continuó el represor– de ser el primer país en la historia del mundo que juzga a sus soldados victoriosos que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas”, afirmó también el represor Menéndez.
Los ex militares fueron acusados por el secuestro, la tortura y el asesinato de Humberto Brandalisis, Hilda Palacios, Raúl Cardozo y Carlos Lajas, acribillados por los militares en un simulacro de enfrentamiento en la capital cordobesa en la madrugada del 15 de diciembre de 1977 y enterrados como NN en el cementerio San Vicente. Sólo los restos de Palacios fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense y restituidos a sus familiares.

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